viernes, 2 de noviembre de 2012

El Asno y el Elefante

Quedan apenas unos días para que se celebren las elecciones presidenciales en EE.UU. y el resultado será con seguridad más decisivo que nunca ya que de alguna manera marcará el rumbo de la economía mundial durante al menos los próximos cuatro años. A grandes rasgos el debate se encuentra en la validez de las políticas cercanas al New Deal seguidas por Obama o el control del gasto público que propone Mitt Romney.

En tiempo de crisis: ¿Gastar o no gastar? Esa es la cuestión...

Barack Obama  (Partido Demócrata)
Mitt Romney  (Partido Republicano)



Trick or treat? New Deal


Desde que Obama fuese elegido presidente, como buen demócrata que es optó por afrontar la crisis mediante políticas cercanas al antiguo New Deal en las que se promueve el aumento del gasto público. Este enfoque en la política fiscal de un país se conoce como keynesianismo y puede llegar a ser un arma de doble filo. A medida que el país aumenta su deuda, el ansiado crecimiento económico parece que no llega o lo hace a un ritmo menor de lo esperado. De cara a las elecciones los votantes perciben que no se han tomado las medidas oportunas para salir adelante y esto mantiene en un reñido empate a ambos candidatos.

Recordemos que el New Deal fue un paquete de medidas que el presidente F. D. Roosevelt aplicó a modo de panacea para combatir la última gran crisis de nuestra historia reciente: la Gran Depresión. Fundamentalmente sus propuestas se basaron en consolidar el Estado del Bienestar invirtiendo en infraestructuras en lugar de controlar el déficit y el gasto público; de esta manera se pretendía reactivar de algún modo tanto la economía de las empresas como la de los estratos sociales más bajos.

Ilustración del artista Clifford K. Berryman, ganador del Premio Pulitzer.

La caricatura muestra a Franklin Delano Roosevelt (F.D.R.) con su "botiquín de remedios" para el marchito y envejecido país bajo la condescendiente aprobación del Congreso de los EE.UU. Roosevelt comenta: "Por supuesto es posible que tengamos que cambiar los remedios si no obtenemos resultados". Las siglas de los frascos aluden a distintos organismos federales creados por Rossevelt en el contexto de su política del New Deal como el NRA (National Recovery Administration) el AAA (Agricultural Adjustment Act) o el CWA (Civil Works Administration).

La finalidad de algunos de estos organismos fue de limitar la producción agrícola a cambio de indemnizar a los agricultores para intentar elevar los precios; invertir en infraestructuras para así crear puestos de trabajo; "obligar" a las empresas a fijar salarios mínimos e impedir la competencia destructiva... Un largo etcétera de un gobierno fuertemente intervencionista. Y el dinero al igual que hoy, circulaba pero lentamente y con cuentagotas.



¿Los brotes verdes de Zapatero o el neoliberalismo de Rajoy?

El problema es que en economía no existen las panaceas, y muchos analistas modernos dudan de la eficacia real de este tipo de medidas. Tenemos varios casos como el de Argentina en el que la intervención del Gobierno en esa dirección no ha sido lo que podríamos llamar un éxito, o la posición contraria del Gobierno de Rajoy en España que con su obsesión de controlar el déficit disminuyendo el gasto público está asfixiando al país entero.

Es más, si analizamos la propia situación de EE.UU. que se encuentra con una tasa de crecimiento muy por debajo de su potencial y una tasa de desempleo alta aunque casi estable, nos damos cuenta de que el keynesianismo puede o bien hacer frente moderadamente a una gran crisis o resultar un fiasco.

Y es que no basta con aplicar una política anticrisis a priori beneficiosa, sino que hay que analizar con rigor cada decisión política sin olvidar que tanto el objetivo como la solución se encuentran en consolidar y defender a cada eslabón de la cadena, teniendo en cuenta que quien finalmente sostiene el peso de la economía y sobre quien no hay que cargar toda la responsabilidad es sobre el último eslabón; el trabajador.




En esta situación de decadencia política es cuando caen las máscaras y se nos muestra la crudeza de un sistema que no funciona. Cuando la casta política pierde toda credibilidad y aun así continúa como en un sueño, ajena a todo intentando hacernos creer que todo marcha según lo previsto. Todo este hartazgo me ha hecho recordar un capítulo de la serie de dibujos Futurama en el que se exhibe la ineficacia del sistema político actual. Se muestra un debate político para la presidencia en el que ambos candidatos son representados como clones de nombre casi idéntico: Jack Johnson y John Jackson.



Para quien no sepa inglés os traduzco el discurso:

- Es hora de que alguien tenga el coraje de levantarse y decir: "Estoy en contra de todas esas cosas que los ciudadanos detestan".

- Bien, respeto a mi oponente, creo que es un buen hombre pero francamente ¡estoy de acuerdo con todo lo que acaba de decir!.

Bromas aparte, lo que se decida en unos días va a ser crucial para todos nosotros. Nos guste o no, EE.UU influye y mucho en el resto del mundo. Tenemos la tendencia, sobre todo en situaciones de crisis, de olvidarnos de lo que pasa fuera de nuestras fronteras sin darnos cuenta de que la globalización actúa como un efecto mariposa, tanto para lo bueno como para lo malo y que si bien el problema no tiene una fácil solución, puede que parte de esa solución dependa de lo que ocurra en la otra parte del planeta.




Los emblemas de ambos partidos, un asno y un elefante enfrentados en un combate por la presidencia. Obama vs Romney, así funciona todo en USA, a lo grande y montando un gran espectáculo. Parece que a esto es a lo que se ha reducido el Sueño Americano.


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