martes, 6 de noviembre de 2012

El Insaciable Parásito

Estamos inmersos en una de las peores crisis (si no la peor) de nuestra historia, y es que es difícil analizar una situación cuando la estás viviendo día a día y en directo. Si tienes la suerte de no estarla sufriendo en tus propias carnes y te falta la sensibilidad para percibir el terrible drama por el que pasan a diario miles de familias, seguramente estés asimilando todo esto como si te contaran un cuento horrible pero que no te va a quitar el sueño. Qué difícil resulta ponerse en piel ajena, pedir y dar ayuda cuando has vivido con la cabeza bien alta una situación de ilusoria bonanza.

A mi entender el gran problema y el auténtico motivo por el cual nos encontramos en esta situación, es que la tesis del sueño americano, el lema "The bigger, the better" (Cuanto más grande, mejor) que catapultó a EE.UU a convertirse en la primera potencia mundial parece haberse desmoronado por completo.







Esto se debe al exacerbado capitalismo que hemos sufrido durante los últimos años, en un proceso que ha sido como una especie de simbiosis parasitaria en la que los países del "primer mundo" han exprimido y explotado los recursos de los países subdesarrollados y de la que éstos a su vez han ido obteniendo lentamente un beneficio; con la entrada de capital y el consecuente desarrollo industrial.

En esta sociedad ultracapitalista el pez grande se come al pequeño; las empresas han trasladado su producción ahí donde la mano de obra más barata y la permisividad de los gobiernos les han procurado multiplicar sus beneficios. Saciados al extremo, a los ciudadanos de los países que han basado su modo de vida en el consumismo nos ha llegado la hora de hacer una larga y pesada digestión.


El pez grande se come al pequeño.  Grabado de Pieter Brueghel el Viejo.


Es en este momento cuando cambian las tornas en ese juego de la simbiosis y el parasitismo se debilita e incluso se invierte. China o India son un claro ejemplo de países que gracias al desarrollo industrial alcanzado al convertirse en las "fábricas del primer mundo" están escalando puestos a una velocidad de vértigo para transformarse en las futuras potencias económicas mundiales.

"El éxito del parasitismo (también la simbiosis) radica en la acomodación y en la supervivencia, es decir el éxito del parásito se mide no por los trastornos que causa a su hospedador, sino por su capacidad para adaptarse y para integrarse al medio interno de este último." 
 "...En cualquier momento esas asociaciones pueden disolverse, sus miembros pueden cambiar e incluso destruirse entre sí, o simplemente perder a su simbionte. "    Lynn Margulis. Planeta simbiótico.

Mientras, a los países que una vez fuimos devoradores insaciables nos toca observar cómo nos convertimos en países lentamente devorados: por el comercio inmigrante claramente más competitivo, el endeudamiento... Sólo hay que echar un vistazo a polígonos industriales como el de Cobo Calleja en Fuenlabrada. Ahora nos quejamos, pero ¿Realmente hemos hecho algo para evitarlo? ¿Acaso no tienen ahora derecho a marcar las reglas del juego después de haber estado siguiendo las nuestras durante años?






Y mientras tanto en China ¿Qué ha sucedido? Megafactorías capaces de fabricar cualquier cosa a una velocidad impensable en nuestro tejido industrial y además a precio de saldo. ¿Quién puede competir contra algo así? ¿Realmente nuestro sistema ha tocado fondo? Seguramente tendremos que buscar una alternativa al capitalismo pero como dije al principio, es difícil analizar la situación al momento aunque realmente esto pinta muy mal. 





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