martes, 18 de septiembre de 2012

Situación de Emergencia Nacional


"Nuestra democracia nació mal", con estas palabras ya se pone de manifiesto el grave problema de forma que presenta nuestro Gobierno desde el principio, y es que se encuentra enfermo de un cáncer de fácil diagnóstico: la corrupción. 

Por desgracia estamos asistiendo a la última fase de la enfermedad, cuando ya la situación se hace insostenible y cuaquier medida o remiendo no va a hacer sino alargar más o menos el fatal desenlace. Sé que mis palabras son duras pero creo que son necesarias. "¿Haría falta una nueva transición para reilusionar a la ciudadanía?" pregunta Jordi; la respuesta es complicada y lo haré con una metáfora: ¿cómo seguir viviendo si estoy herido de muerte? Reencárnate, es decir, cambia el sistema desde el principio hasta el final y asume las consecuencias. Basta ya de políticas lampedusistas que sólo cambian algo para que todo siga como está. Un sistema en el que la corrupción es la norma no se arregla con pequeños parches.

Julio Anguita parece acertar al decir que el debate es "ellos o nosotros", pero no estoy de acuerdo. Y es que "ellos" fueron "nosotros" antes de llegar donde están, antes de ser absorbidos y amoldados por esa mecánica maliciosa y corrupta que les ofrece beneficios a cambio de su impasibilidad y su silencio.

Si nuestro sistema estuviese sano, la ilegalidad quedaría expuesta claramente y no se hablaría de un "ellos" y un "nosotros". Los políticos comprometidos al llegar con sus buenas intenciones al poder se topan con este mecanismo viciado, y tarde o temprano por desilusión o hastío bien abandonan la política o bien ceden y siguen haciendo funcionar la máquina como siempre lo ha hecho; es la gallina de los huevos de oro para unos pocos privilegiados. Ese tipo de cosas son las que no deberían suceder dotando al sistema de mecanismos eficaces para vigilar y denunciar cualquier irregularidad. Basta ya de poner tiritas y parches a una herida de muerte.


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